Casi sin darnos cuenta (si no fuera por el cansancio) ya nos encontramos en el ecuador del viaje.
Hoy miércoles, como de costumbre, nos hemos levantado "fresquitos" (les hemos dado la enhorabuena por su comportamiento en el descanso nocturno) para desayunar, coger fuerzas y emprender nuestros diez minutos hacia las pistas. Una vez allí y, en tiempo record, hemos repartido el material necesario para poder esquiar (calzarse botas, bastones, ponerse el casco, guantes, casco y esquíes...).
Con el comienzo de la mañana nos hemos encontrado con unas pistas con nieve dura, sol y viento más bien fresquito. Pese a todo, las ganas han podido más que las "inclemencias". Con las clases y el sol hemos podido disfrutar de un día genial que se esperaba en lo metereológico un poco complicado.